jueves, 22 de octubre de 2015

Franny & Zooey de J. D. Salinger


En 1961, J. D. Salinger reunió en un solo volumen dos relatos aparecidos con anterioridad en las páginas de The New Yorker. Aunque se publicaron de forma independiente, se pueden considerar como las  dos partes de una misma historia, ya que en las dos comparten el personaje de Franny y hay una bien trazada continuidad cronológica y argumental. Franny es un cuento de corte tradicional, con un narrador omnisciente y una disposición narrativa lineal. La parte central del relato la ocupa el encuentro de Franny con su novio Lane, un brillante universitario. O sería mejor decir, el desencuentro entre los dos. Durante una comida, Lane se ufana de la buena aceptación que ha tenido un trabajo suyo sobre Flaubert, incluso le han pedido que piense en publicarlo. Mientras presume de esto, Franny no puede sino dismular su indiferencia por las menudencias de la vida universitaria, porque desde hace un tiempo, sufre una crisis emocional y vital causada por una sensación de desencanto por todo cuanto la rodea e intenta encontrar un refugio en la trascendencia religiosa. 
Zooey, relato mucho más largo, se articula sobre dos extensos diálogos: uno el que mantiene el personaje de Zooey con su madre, y otro el de Zooey con su hermana Franny. Porque Zooey y Franny son hermanos. Son los menores de los siete hermanos Glass. A través de lo que revelan los diálogos y de lo que aporta el narrador, se cuenta la historia de esta familia. Y es que, el narrador, en un juego autorreferencial que sorprende por su inteligencia y su ironía, se presenta al principio como del cuento como Buddy Glass, el segundo de los hermanos, y que junto con el desaparecido Seymour, el primogénito, marcó la infancia y la educación tanto de Franny como de Zooey. 

Jerome David Salinger (1919-2010) es mundialmente conocido por su novela El guardián entre el centeno, publicada en 1951. Este libro, uno de los más vendidos y leídos de la literatura contemporánea, se convirtió pronto en una obra de culto. Le siguieron Nueve cuentos, Franny & Zooey  y Levantad, carpinteros la viga del tejado/Seymour: una introducción, con los que fue dando forma al universo literario de la familia Glass. A partir de 1963, no volvió a publicar ningún otro libro y se esforzó en llevar una vida alejada de todo tipo de presencia pública, especialmente evitando que se reprodujeran fotografías suyas. Su participación en el desembarco de Normandía y su labor como agente de inteligencia en la indentificación de criminales de guerra   nazi, marcaron profudamente su personalidad.

sábado, 10 de octubre de 2015

Cien años de La metamorfosis de Kafka


Edición de Nórdica Libros. Ilustraciones de Antonio Santos.

Edición de Libros del Zorro Rojo. Ilustraciones de Luis Scafati.
Edición de Astiberri. Ilustraciones de Paco Roca

Adaptación gráfica de Peter Kuper editada por Astiberri.

La metamorfosis del Sr. Samsa. Corto de animación de Caroline Leaf.

martes, 6 de octubre de 2015

Los papeles de Aspern de Henry James


Claire Clairmont, amante de Lord Byron, vivió sus últimos años en Florencia, en compañía de una sobrina. Un admirador del poeta Shelley, sabedor de que las Clairmont custodiaban cartas de su ídolo y también de Byron, se las arregló para alojarse en su casa e  incluso llegó a proponer matrimonio a la sobrina para poder hacerse con el legado epistolar de los dos poetas. No eran estas las únicas cartas de Lord Byron que se guardaban en Italia. La correspondencia entre Byron y su amante Teresa Guiccioli se conservó hasta que la condesa Gamba, sobrina política de la última amante de Byron, decidió quemarla, ante la desesperación de los devotos del gran poeta. Henry James conocía estas historias y las utilizó para componer Los papeles de Aspern. El narrador de la novela viaja a Venecia con un objetivo: hacerse con los papeles del poeta Jeffrey Aspern, al que ha consagrado todos sus esfuerzos como biógrafo y crítico literario. Los papeles no son otros que las cartas y poemas que el poeta escribió a su amada Juliana Bordereau, quien, sorprendentemente, vive todavía, recluida y olvidada, en un vetusto palacio veneciano, sin más compañía que la de su sobrina y una criada. Usando varios pretextos y bajo falsa identidad, logra alojarse en el palacio durante todo un verano, a la espera de encontrar la forma de obtener los papeles. En las inmensas y vacías estancia del palacio decrépito, se pone en movimiento una lento círculo de deseos: cada personaje quiere algo de otro. La anciana Bordereau busca el dinero del narrador, el narrador quiere los papeles que posee Juliana y Tina Bordereau, la sobrina, desea que el narrador le proporcione una nueva vida lejos de Venecia. 

Henry James (Nueva York, 1843- Londres, 1916) es uno de los renovadores de la novela occidental, aportando con sus novelas  nuevas formas de construir el relato desde el perspectivismo narrativo y la complejidad psicológica. Autor de una extensa producción, entre sus obras destacan Daisy Miller, Los europeos, Las bostonianas, Lo que Maise sabíaWashington Square, Los embajadores, Retrato de una dama y Otra vuelta de tuerca.


domingo, 4 de octubre de 2015

El niño perdido de Thomas Wolfe

Thomas Wolfe fue el menor de ocho hermanos. Uno de ellos, Grover Cleveland Wolfe, murió de fiebres tifoideas. La madre los Wolfe se había instalado en San Luis, Misuri, y  regentaba una casa de huéspedes  para  acoger a  los visitantes de la gran Exposición Universal de 1904. El pequeño Grover, con 12 años, había encontrado trabajo en las instalaciones de la Exposición. Luego enfermó y murió. Este es el "niño perdido" del título de la obra. Un breve relato polifónico en el que la memoria, la memoria sensitiva, evoca un mundo perdido e irrecuperable: el de la infancia de Thomas Wolfe.

Thomas Clayton Wolfe (1900-1938) fue para muchos de sus contemporáneos, como Sinclair Lewis o William Faulkner, el escritor más relevante de cuantos publicaron en las primeras décadas del siglo XX. Su muerte prematura explica la brevedad de su obra, formada por cuatro novelas extensas, especialmente El ángel que nos mira y Del tiempo y del río; varias novelas breves, como El niño perdido y Hermana muerte, y algunas obras dramáticas y otras de género diverso.


sábado, 3 de octubre de 2015

Matemos al tío de Rohan O'Grady

Matemos al tío es una novela publicada en 1963 por la escritora canadiense Rohan O'Grady (seudónimo de June Skinner). El lector que se adentré en su lectura, comprobará tras las primeras páginas, primero con sorpresa y luego con admiración, que lo que tiene entre manos es un libro diferente. Diferente a cualquier otra novela y que, sin embargo, le recordará a otros muchos relatos leídos con anterioridad. Ambientada en una isla de Canadá, los dos niños protagonistas, el rico heredero Barnaby Gaunt y Christie McNab, forman la pareja de criaturas desvalidas de tantos cuentos infantiles, que encuentran en la soledad del bosque un mundo propio. Allí hallarán a Una Oreja, un temible puma con el que los niños establecerán una relación especial, paródico eco de la protectora figura de Bagheera, de El libro de la selva. Como en La noche del cazador, la excelente novela de David Grubb, una ominosa presencia los persigue: el Comandante Murchison-Gaunt, el sádico tío de Barnaby, al que quiere matar para quedarse con su herencia. Ante la imposibilidad de encontrar amparo en los adultos que les rodean (la señora Nielsen, los Brooks y, especialmente, el sargento Coulter, de la Real Policía Montada), se impone una lógica conclusión: hay que matar al tío.
Impedimenta ha publicado este libro excepcional con la preciosa portada de la edición original, obra de Edward Gorey.

June Skinner (Vancouver, 1922-2014) publicó cuatro novelas con el seudónimo de Rohan O'Grady -O'Grady era su apellido de soltera-, de entre las que destaca Matemos al tío, editada en 1966. Fue precisamente el recuerdo de esta novela lo que propició que, a partir de 2009, una serie de artículos aparecidos en la prensa canadiense recuperaran a su autora, tras décadas de olvido.